Cuando el Coco asumió recientemente, explicó que lo que el buscaba es que "tengamos la pelota nosotros" de esa manera, concluyó, "no la tienen ellos".
Esta premisa que parece tan obvia, no sólo es difícil de cumplimentar, sino que depende de varios factores y uno de ellos es el rival de turno.
Los primeros minutos respondieron a esa premisa, se jugó ordenado, se atacó y se llegó, no muy prolijo, pero se llegó.
De allí en mas, se fue desdibujando el panorama y complicando la tarea de los armadores: Gio fue pateado constantemente con anuencia del referí, como siempre, y todo cayó en un partido de ida y vuelta lindo de ver, pero no redituable para nosotros.
Ahora bien, vamos a analizar el por qué de la falla estratégica. Para poder tener la pelota se necesitan varios condimentos que estuvieron presentes sólo al principio de ambos tiempos.
Primero: jugadores que dejen la presión y los nervios en el vestuario. Yo sé que es muy difícil abstraerse de un estadio lleno que está esperando que las cosas salgan bien. Eso lo veremos el próximo domingo de visitante.
Segundo: si uno tiene la pelota, tiene que haber por lo menos dos o tres que se desmarquen y estén en posición de recibir, porque si no el que la tiene, se ve obligado a ponerla en cualquier lado, o entregar una pelota dividida que en seguida vuelve a nuestra área.
A veces cuando veo al Barcelona, es eso en lo que me fijo, los jugadores siempre tienen a quien dársela, siempre hay más de uno desmarcado, porque todos juegan aunque no tengan la pelota.
La idea es no esconderse, ganarle al rival la posición con respecto a quien conduce el balón en ese momento y así permitir que los pases sean fáciles de dar y no un ladrillo, como se dice en la jerga futbolera.
Tercero: para cumplir con estas premisas, se necesita un buen estado físico y sobre todo estar prestando atención permanentemente a quien conduce el juego.
Por eso no hago ahora un análisis individual, porque lo que no funcionó en más de la mitad del partido, fueron los procesos de demarcación necesarios para que la pelota no regrese a nuestro campo tan fácilmente.
Esto que digo también cabe para el arquero, en este caso Saja, muchas veces tiene que tirar la pelota fuerte y arriba porque nadie está a la vista, y sabemos que la puede tener sólo seis segundos en sus manos, por ese motivo al no encontrar defensores confiables por su posición debe patear arriba y esa es una pelota que no tarda en volver.
Confío que el Coco que seguramente sabe ver el partido mejor que nosotros encuentre el camino para resolver estos problemas, y a mi personalmente me gustaría ver al pibe Viola desde el inicio corriendo por la raya y tirando el centro atrás, como lo hacían los wines de antaño y todo el mundo decía que el centro atrás era medio gol, porque encuentra al delantero de frente y al defensor de espalda, al contrario de esos centros a la olla que son presa fácil de los defensores adversarios.
Por Juan Antonio Fornasier
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