domingo, 4 de septiembre de 2011

No nace un grande. Vuelve

Nunca pensé que sería capaz de llorar por la lesión de un jugador. Sí por ganar un campeonato, una copa, hasta un clásico, eso es normal entre los fanáticos, los enfermos del fútbol, pero: ¿La lesión de un jugador? La tarde del 15 de febrero fue negra. Cuando se confirmó la rotura de ligamentos cruzados de la pierna izquierda de Giovanni Moreno se me cayó el mundo, como a los miles de hinchas que teníamos el sueño de salir campeones. Si bien ese sueño no se apagó del todo, estimamos que iba a ser muy difícil de alcanzar. Se sabe de antemano que Gio no es un jugador más. Es uno de esos pocos que enriquecen al fútbol argentino. Era, y sigue siendo, el As bajo la manga de Racing. Saber que la lesión provocada por Hugo Barrientos, en la primera fecha del Torneo Clausura del año pasado, lo iba a dejar entre 6 y 8 meses fuera de las canchas fue letal. Símil veneno que recorre el cuerpo humano y lo deja sin vida.  Aclaro que por lo menos eso fue lo que sentí  cuando me enteré que no iba poder jugar por un largo tiempo.
Nació un primero de julio de 1986, en Segovia, un municipio del nordeste de Colombia, la zona más caliente del país. Debutó con tan solo 20 años en el Envigado Fútbol Club y, un año más tarde, se coronó goleador del torneo y fue clave en el ascenso de su equipo a la primera división del fútbol colombiano. Para el año siguiente se convirtió en refuerzo del Atlético Nacional, club que pagó casi 2.5 millones de dólares. Finalmente, el 8 de julio de 2010 hizo feliz a la mitad de Avellaneda llegando a Racing, quién pago más de 3 millones de dólares por su pase. Quizás se pregunten, ¿Por qué es necesario citar las cifras del pase? Porque desde la llegada de Gio al club, además de ser una de las figuras del Apertura 2010 (marcó 5 goles), Racing se convirtió en la tercera marca más importante del fútbol argentino, justo por debajo de River y Boca y fue tal su nivel de juego, que el mismo club llegó a rechazar una oferta de 15 millones de dólares por el pase del jugador.
El tiempo pasó, los torneos pasaron, y su ausencia se notó cada vez más. Los que tenemos el placer de verlo jugar sabemos que cuando la pelota cae en sus pies algo puede pasar, que las jugadas tienen mas chances de salir bien que de salir mal. Que un lujo va a salir de esa zurda mágica o que un caño puede prosperar. Una rabona. Un taco. Un gol
Semanas atrás, declaró que lo importante para que pueda pisar el verde césped otra vez, pasaba por si sentía molestias en su tobillo. También llegó a decir que cuando vuelva a jugar iba ir a cualquier pelota dividida como si fuese la primera vez. Quizás él no lo sepa, pero esas palabras desesperaban a todos los hinchas que deseábamos volverlo a ver.
Ayer en Floresta, la última cancha en la que se lo había visto jugar antes de su lesión, fue al banco de suplente. Justo ante aquel equipo que meses atrás logró detonar el sueño de millones de hinchas. Ayer, a falta de 30 minutos para que termine el partido, Diego Simeonne determinó la entrada del mejor jugador de la academia. Gio Moreno volvió a jugar, emocionando a miles de espectadores. Se espera que la próxima fecha, el cilindro de Avellaneda explote de felicidad tras la aparición del colombiano por primera vez en condición de local. Todos estamos esperando la vuelta del diez. Necesitamos volver a creer.

5 comentarios:

  1. Me parece que se confundieron con el año.. No creo que haya nacido en 1896..jajaj Era solo eso.. AGUANTE RACING :D

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  2. Humilde, un grande de verdad, G10 el mejor!! Ale

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